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20 de noviembre de 2010

“LA REGULACIÓN Y AUTORREGULACIÓN DE LA CONDUCTA Y EMOCIONES MEDIANTE LOS VALORES PARA MEJORAR LA CONVIVENCIA” PRIMER BORRADOR DEL ENSAYO

ALUMNAS:

DE LA ROSA CLAVEL CELESTE

GONZÁLEZ GORDILLO ADRIANA

ZURITA REYES VIRIDIANA

3ºB AYL

INTRODUCCIÓN

Nuestra observación se llevó a cabo en el Centro de Atención Múltiple Nº. 6, en el grupo de 3º de primaria que está conformado por 13 alumnos y es muy diverso, puesto que están presentes diferentes tipos de discapacidad entre las que destacan las siguientes: discapacidad intelectual, discapacidad motriz, autismo, sordera y parálisis cerebral.

Algunos alumnos no acuden con regularidad debido a que tienen un pobre sistema inmunológico que en algunos casos es derivado de la discapacidad y por esta razón no siempre se puede contar con la participación de los padres de familia y los niños para las actividades del centro. En el grupo se observa que algunos de los alumnos aún dependen de los padres y en ocasiones es necesaria la presencia de ellos dentro del aula para ayudarles en su alimentación o brindarles algún cuidado especial.

Algunas de las dificultades que se observan en el grupo es que existen problemas de conducta en los niños, debido a que en sus casas no se les marcan límites y en el aula llegan a perder el control o agreden a sus pares. También se ha visto que aún no se hacen responsables de sus pertenencias y suelen extraviarlas, algunos de ellos tienen muy poco o casi nada de lenguaje oral ni escrito y esto impide que exista una buena comunicación entre ellos y la familia.

En específico las problemáticas más relevantes son las siguientes

ü ¿Qué importancia tiene la conducta del alumno en sus relaciones interpersonales?

ü ¿Qué impacto tiene la familia en la regulación de la conducta?

ü ¿Qué importancia tiene el trabajo colaborativo escuela –familia en la regulación de la conducta para una convivencia armónica?

ü Para que exista un interés y participación de los padres ¿Qué debe hacer la escuela?

La problemáticas antes mencionadas servirán de eje para desarrollar un taller con el nombre “Educándote, Educarás” diseñado para padres y alumnos cuyo propósito es que los niños aprendan a autorregular sus conductas y emociones a través de los valores para fomentar una mejor convivencia de los alumnos inscritos en el grupo de tercer año de primaria del Centro de Atención Múltiple. Las estrategias que se lleven a cabo durante el taller, son aplicadas también en el hogar para que el trabajo escuela- familia sea más efectivo y refuerce en el niño las competencias que le permitan lograr una mejor relación interpersonal.

Para el trabajo con los padres y alumnos partiremos de conocer qué saben los padres acerca de las necesidades y posibilidades de desenvolvimiento de sus hijos, así como las expectativas que tienen acerca del desarrollo de éstos. Lo anterior es muy importante para identificar y enriquecer las estrategias que se van a implementar en el taller, en la lógica de que en la medida que un padre conoce a su hijo y detecta sus necesidades, puede apoyarlo más y mejorar su calidad de vida sin crearse expectativas falsas.

De esta forma se hace a los padres partícipes del diseño y ajustes del taller tomando en cuenta sus inquietudes y escuchándolos, porque cuando a las familias se les dedica tiempo informándoles y aconsejándoles, aumenta su seguridad y disminuye su angustia. Ellos comparten con nosotros sus preocupaciones, alegrías y tristezas. Por ello, debemos escuchar lo que dicen y también lo que no dicen.

Esta propuesta es el resultado de un diagnóstico de las problemáticas que existen en el grupo de tercer año del Centro de Atención Múltiple Nº 6.

LA REGULACIÓN Y AUTORREGULACIÓN DE LA CONDUCTA Y EMOCIONES MEDIANTE LOS VALORES PARA MEJORAR LA CONVIVENCIA

Como seres humanos inmersos en una sociedad necesitamos aprender a convivir en armonía con los demás, pues la interacción con los otros es indispensable para el desarrollo integral y el aprendizaje.

Los niños desde que son pequeños se ven influidos por normas, valores, reglas, etc., que van moldeando y regulando su conducta, por niveles o grados “en un primer grado cuando se trata de una simple aceptación aunque no se entienda la necesidad de cumplirla, en segundo grado cuando existe una conformidad que implica cierta reflexión sobre lo que comporta la norma y que puede ser voluntaria o forzada y en último grado cuando se han interiorizado las normas y se aceptan como reglas básicas de funcionamiento colectivo que rigen” (Zabala 2006).

La influencia de la familia y escuela es indispensable para ayudar a los niños ha autorregular su conducta siendo ésta aceptada por la sociedad, permitiendo que el niño interiorice y comprenda como debe comportarse.

¿Qué se puede hacer cuando a los niños se le dificulta autorregular su conducta, agrede a sus compañeros, no controla ni identifica sus propias emociones y no recibe ayuda de sus padres por ser estos permisivos, indiferentes o simplemente no saben cómo controlar ellos mismos sus emociones y conductas y por ende no pueden ayudar a sus hijos?

El CAM nº 6 es una institución educativa que atiende a niños con discapacidad múltiple, predominando la intelectual. En este ensayo se hablará del grupo de tercero, el cual presenta serios problemas de conducta tales como agresividad hacia sus compañeros, es la manera de expresar sus emociones y/o sentimientos de enojo, tristeza, felicidad, etc. emociones que muchas veces no saben identificar, nombrar y controlar, ante esta problemática, surgen las siguientes preguntas:

El hecho de que los alumnos no sepan regular sus emociones y conducta ¿cómo afecta la convivencia armónica y desarrollo social-emocional en el ámbito escolar y familiar?, ¿Qué impacto tiene la familia en el éxito o fracaso de la regulación de la conducta del alumno?, ¿Por qué es importante el trabajo colaborativo escuela-familia?, ¿Qué puede hacer la escuela en conjunto con la escuela para ayudar a los alumnos a ser conscientes de sus emociones y la regulación de éstas y su conducta?, ¿A través de qué estrategias la escuela puede trabajar con la familia?, ¿Para qué exista un interés y participación de los padres de familia que debe de hace la escuela?

Cuando el niño adquiere una comprensión de sus emociones se vuelve más capaz de regular pero como ya lo planteamos durante la observación el hecho de que los alumnos no conozca ni sepan cómo expresar adecuadamente sus emociones, impide que ellos puedan autorregular su conducta pues el pegar, gritar etc. es una forma en la cual ellos expresan sus emociones y esto obviamente va a mermar el desarrollo socioemocional de los alumnos al verse alterada la convivencia armónica entre pares y en ocasiones no sólo dentro de la escuela sino fuera, como en el ámbito familiar y demás entornos en los cuales el niño se desarrolle; puesto que hay normas, reglas y actitudes que rigen la convivencia social por las cuales desde la infancia deben de ser enseñadas y aprendidas para propiciar una convivencia armónica.

Mencionamos que las reglas, normas y actitudes sociales deben de ser enseñadas y en efecto así lo es pues es en el nicho familiar desde donde se dan los primeros acercamientos emocionales y sociales, a través de los primeros acercamientos con la madre o quien lo cuide pues ella es:

ü La primera en establecer relaciones afectivas con el bebé

ü Primera persona con la que el bebé se identifica

ü La madre es con quien establece relaciones de cooperación cuando se alimenta

ü Graduará y dará intensidad a las relaciones con los otros

ü Significará los primeros sonidos que emita el bebé

ü Introduce nociones de tiempo

Así es como poco a poco en el nicho familiar se enseña al niño gradualmente, pero recordemos que nuestro ensayo está fundamentado en la observación y la praxis, así que el desarrollo de los niños con discapacidad no siempre es el mismo dentro del nicho familiar, primeramente porque el niño con discapacidad, desde luego, rompe con las expectativas de los padres así pues ahora tienen que hacer lo necesario para salir adelante pero esto no es fácil pues se enfrentan a una situación totalmente desconocida, y a sentimientos de tristeza, temor enojo, desesperación, etc.

Lo anterior ocasiona diferentes formas de afrontar la discapacidad una puede ser total indiferencia, actitud que no beneficiará el desarrollo armónico e íntegro del niño pues los padres no establecen interacciones y actitudes óptimas e indispensables para que el niño posteriormente pueda convivir con otras personas y en otros entornos, por ejemplo si la madre no establece una comunicación con el niño cuando lo alimenta, no le ayuda a nombrar sus necesidades como aquellas madres que a sus bebés les dicen: “tienes hambre, ya te voy a dar de comer”, o “ah tienes sueño”, etc.

Aunado a lo anterior, el que la mamá identifique y nombre los primeros sonidos y comportamientos de los bebés es importante para que él posteriormente pueda nombrar y reconocer sus necesidades, lo mismo pasa con las emociones, la mamá que habla de sentimientos y emociones ayuda al bebé a darse cuenta de sus emociones y no sólo las propias si no las de los demás, pues la mamá puede decir “hoy tu hermano se siente mal” o “que feliz estoy” etc. y de forma gradual el niño va comprendiendo y nombrando emociones y sentimientos además de que va teniendo nociones de las emociones de los demás y de esta forma va desarrollando empatía; pero si esto no se propicia afectará el desarrollo socioemocional del niño y su desenvolvimiento en otros contextos posteriores por ejemplo, en la escuela.

La otra actitud que los padres pueden tomar es la de sobreprotección por creer que el niño es vulnerable, esto desde luego también afecta el desarrollo socioemocional de los niños pues al ser permisivos con ellos y no marcarles límites no consolidan las normas, conductas, actitudes y reglas para la convivencia social y al no tener límites en casa, en otros entornos como en la escuela se les dificultará la convivencia.

Es imposible comprender el desarrollo socioemocional separado de la relación padres e hijos (Shonkoff, 2004) y por ello es indispensable que se tome en cuenta a los padres pues en un principio ellos serán los que fomenten la regulación de la conducta y emociones en el niño para que posteriormente ellos puedan autorregularse.

“La conducta de los padres también puede servir como catalizador para la regular la conducta del niños” (Zahn-Waxler, 1992) pero para que el padre sea capaz de regular la conducta y emociones de su hijo él tiene primeramente que desarrollar estas capacidades, el padre también tiene que reconocer sus emociones, saber cómo expresarlas de manera adecuada y de igual forma sepa como regular su conducta, “pues los padres son modelos de conducta” (Eisenberg, 1999) ya sea a través de sus comportamientos o de sus palabras, es por ello que la familia funge como el agente de socialización más importante en la vida de un individuo.

Es claro que la familia necesita ayuda para realizar su labor educativa como primera institución social en la que el niño está inmerso; así que aquí situamos el papel de la escuela, pues la escuela es el segundo entorno en donde los niños pasan más tiempo y una de las numerosas funciones de la escuela es la de desarrollar competencias sociales las cuales le permitan a los alumnos integrarse y adaptarse a la sociedad.

Para que el aprendizaje sea significativo debe de existir un vínculo entre escuela y cultura así que la participación de la familia en la escuela es indispensable; en este entendido de que para que el alumno obtenga un aprendizaje significativo que le ayude a convivir de manera armónica en los diversos contextos en los que se desarrollen es indispensable que todos los aprendizajes tengan un seguimiento por parte de la escuela y la familia, es por ello que se diseñará una propuesta que fomente el trabajo colaborativo escuela- familia en donde se oriente a los padres para que puedan aplicar lo aprendido en casa como ya se ha mencionado.

Para avanzar en el mejoramiento de la conducta de los alumnos trabajaremos en el desarrollo de las siguientes habilidades emocionales:

ü Identificación y designación de sentimientos

ü Expresión de sentimientos

ü Evaluación de la intensidad de los sentimientos

ü Manejo de sentimientos

ü Dominio de impulso

ü Reducción del estrés

ü Conocimiento de la diferencia entre sentimientos y acciones

En el taller de los padres se trabajarán las mismas habilidades puesto que las emociones aún en edad adulta es difícil reconocerlas y hacer consciencia de ellas, identificarlas y nombrarlas. Cuando se conocen las emociones y la conducta, así como la manera en la que somos percibidos por los que nos rodean, entonces nuestras acciones se pueden modificar y manipular en beneficio propio.

En la medida que una persona está consciente de sus emociones y de la forma que reacciona ante ellas, entonces puede lograr un cambio, para modificar aquellas emociones que no le generen beneficio. A diferencia de esto, cuando una persona no se conoce a sí misma y es incapaz de controlar sus reacciones ante ciertas circunstancias, entonces se ve limitada a actuar de acuerdo a lo que su sociedad dictamina.

De nada sirve la conciencia y el conocimiento de las emociones si éstas no se usan. Una vez que se adquieren éstas, conocimiento y conciencia de las emociones, se puede manejar y controlar el área emocional para lograr un desempeño adecuado. La finalidad de la auto-conciencia es que se lleguen a identificar las emociones y la forma en que éstas trabajan, para modificar y regular aquéllas que perjudiquen y que no sean apropiadas.

Cada persona necesita desarrollar una autorregulación, siendo este un proceso que se tiene que aprender y practicar con el paso del tiempo (Newman, 2003).

Para que se logre una autorregulación de las emociones, los alumnos requieren de tiempo y experiencias variadas y exposición a situaciones que produzcan diversas emociones para que una vez practicadas diferentes formas de manifestarlas, se consolide la mejor forma de controlarlas y utilizarlas adecuadamente y así generar cambios positivos en la conducta.

Por esta razón, es importante concientizar a los padres acerca de la importancia de la autorregulación de las emociones y trabajar primero con ellos para que posteriormente ellos puedan desarrollar en sus hijos habilidades emocionales, recordemos que la familia es un modelo y la primera escuela de las emociones.

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